Una tecnología diseñada para eliminar el dióxido de carbono directamente de la atmósfera, donde su concentración es muy baja (~420 ppm). Los dos enfoques principales utilizan sistemas de disolventes líquidos, donde el aire pasa a través de soluciones químicas (p. ej., hidróxido de potasio), o sistemas de sorbentes sólidos, donde el aire pasa sobre superficies filtrantes que se unen químicamente al CO₂. El CO₂ capturado se libera posteriormente para su almacenamiento o utilización.













