El ciclo Hampson-Linde licúa gases como el aire mediante el efecto Joule-Thomson combinado con refrigeración regenerativa. El gas a alta presión se enfría en un intercambiador de calor a contracorriente mediante el gas frío a baja presión que retorna de la válvula de expansión. Esto reduce progresivamente la temperatura en la válvula hasta que desciende por debajo del punto crítico y comienza la licuefacción, sentando las bases de la industria moderna de licuefacción de gases.
