El método de pulso-eco es la base de la mayoría de los ultrasónico pruebas. Un transductor emite un breve pulso de sonido de alta frecuencia en un material. Este pulso se desplaza hasta chocar con un límite o defecto, reflejando parte de la energía en forma de eco. El mismo transductor detecta este eco, y el tiempo de vuelo se utiliza para calcular la profundidad del reflector, lo que permite la detección de defectos y la medición del espesor.
